Yo amaba a un hombre sin saber si existía
lo veía pasar en mis tardes otoñales
sentía su presencia en mis noches
de desvelo y de insomnio carnal.
El se acercaba a mi estancia prohibida
y me hacía dormir en tiernas caricias
con sutiles besos y pasión mortal
su dulce mirada penetraba mi recóndito espacio
haciendo brotar átomos de ansias febriles
que devoraban muy pronto mi energía vital.
El alba me dejaba una profunda tristeza
porque aquel sueño tal vez no sería más
y entonces me ahogaba enternecida
en un llanto incontenible y fatal.
lunes, 10 de agosto de 2009
ESPECTRO
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